13 de enero de 2007

Fiestorro en casa



La churumbela mayor acaba de cumplir años y lo hemos celebrado en casa con los amigos con los que nos vemos los fines de semana, que vienen a ser la familia de los que vivimos lejos de nuestros padres y en el extranjero...
Me viene a la mente que ya cumple mi niña tres años, edad no sólo muy de merecer, sino además capaz de empezar a provocar crisis existenciales en el padre más pintado. En una semana hemos pasado de tener una niña pequeña a tener una niña que va a la guardería... ya sé que es una tontería y que la niña es exactamente la misma que hace siete días, pero de repente se me han encendido todas las luces de alerta y he empezado a ser consciente del paso del tiempo y de mi propia mortalidad... aparte del hecho de saber que los problemas de mi maternidad crecerán exponencialmente con ella de hoy en adelante.
De momento, me concentraré en esas cosas pequeñas, en esa fiesta que ha salido bien, en esa carita feliz al abrir sus regalos, en esa tarta-tren que ha impresionado a todos los niños del barrio (gracias, gracias, gracias a quien tuvo la feliz idea de hacerla por primera vez y decidió compartir su sabiduría vía internet), en ese beso de buenas noches y esos "te quiero, mamá" no sólo en aquellos que me dicen, sino en los que me demuestran con los lametones, achuchones y esas muestras de cariño varias que sólo los niños de tres años se atreven a ofrecer...

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