30 de enero de 2007

Hoy cumple ocho meses






Y pongo sólo la foto porque le tengo encima de las rodillas dispuesto a colaborar en la redacción de este blog...

Peces de colores



Os preguntaréis porqué estamos tan callados desde nuestra aldea alemana. No, no es que el paso del huracán nos halla dejado mudos y sin energía, es que después de Cirilo, llegó el invierno, que es el tiempo en que por estos lares uno dedica a la vida contemplativa y a cultivar aficiones preferentemente en el interior de casa...
Y eso hemos hecho el Santo y yo, nos estamos dedicando a la pintura... Gracias al cielo tenemos un par de familiares que han conseguido que el cuarto de los niños, poco a poco, empiece a parecer un mar decente y no lo que habríamos logrado nosotros con nuestra habilidad natural...

23 de enero de 2007

Después de Cirilo (II)

Ha llegado por fin el frío polar. Estamos todos con toses. mocos y otras hierbas en grados varios... así no hay quien tenga una carrera literaria coherente (la sinusitis no me deja pensar en las rimas adecuadas). Os pongo un par de fotos del paso del huracán (bueno, más bien de las ramitas y tejas caídas que encontramos al día siguiente).


20 de enero de 2007

Después de Cirilo

El huracán pasó por nuestra patria chica sin pena, ni gloria, aunque en Alemania ha dejado una estela bastante desagradable. Por aquí bastantes ramitas por el suelo, algunos árboles caídos y un bombero muy grave, pero para los que pasamos la noche en casa no hubo ningún peligro.
Siento no haber podido escribir antes, no era por hacerme la interesante sino porque efectivamente, el churumbel fue el que nos dió la noche, entre los dientes y el catarro. Ayer hubo que llevarle al médico que le ha recetado gotas y mimos (escribo con él sobre una pierna)...
Y mañana, si hoy dormimos, más...

18 de enero de 2007

Bajo el huracán

Hemos recogido las macetas de la terraza, cerrado todas las persianas, acoplado el coche en el garaje y forzado a los churumbeles en la cama... en nuestra zona se espera que lo peor pase esta noche pero ya se oye caer la lluvia y las ráfagas de viento... El Santo dice que en el curro ha escuchado como caían los árboles.

Y yo le tengo más miedo a los dientes del churumbel, que están todavía por salir, porque tengo claro que el Cirilo éste a mí no me quita el sueño...

17 de enero de 2007

Periodo de adaptación (II)

La churumbela saliendo de casa en su primer día de cole...



Cuando fui a recuperar a la churumbela ese mismo día, totalmente preocupada por si lo había pasado mal, me montó un pollo terrible porque "quería quedarse a comer con los otros niños". Después de explicarle tres veces que no podíamos encargar la comida hasta esta semana, decidí adaptar un poco la explicación a su medida: "no podemos quedarnos porque aún no tienes aquí tus cosas, tu toalla, tu cepillo de dientes"...

Aún me felicitaba por ese golpe de brillantez, cuando al día siguiente, va ella y me suelta tan tranquila que ya tiene cepillo de dientes. Su Rottenmeyer y yo todavía estamos tratando de determinar a cuál de sus cincuenta compañeritos le ha afanado un cepillo usado (eso sí, con dibujo de Wickie el vikingo, que es uno de sus personajes de "dibus" favorito).

El viernes me dice una Rottenmeyer que traiga para la niña un pijama si queremos que eche siesta (jo, cómo Cela... ¿orinal también?). Y el lunes tuvimos problemas con el servicio de comidas que a pesar de haber prometido que la incluía rápidamente en la lista no lo hizo (temblando estuve con la posibilidad de que se hubiera pasado la fecha para meterla y no le dieran de comer hasta febrero, que los alemanes son simplemente así)... hasta llegar al día de ayer, que me dice la profesora al recogerla del patio que se ha hecho pis y tengo que llevarme las cosas mojadas para limpiarlas (lo normal, ¿no?)...

Pues no tan normal, "sus cosas" eran dos bolsas enteras con toda la ropa de cama, edredón incluido... Llamé al Santo para contárselo y él tampoco había escuchado nunca nada parecido. Pero aquí es lo más frecuente, o eso demostró la cara del compañero de curro de mi Santo que preguntado al respecto, enarcó una ceja y dijo "¿y cómo lo hacéis en España?"

He llegado a la conclusión de que si por la churumbela fuera nos podríamos haber saltado todo esta etapa, aunque a la mayoría de los niños les resulta necesaria. En nuestro caso la que necesitaba el periodo de adaptación era yo.

Periodo de adaptación (I)

Ayer no pude escribir porque me mandaron deberes de la guarde. Sí, ya sé que es un periodo de mi vida que tendría que tener superado, pero parece ser que no he podido con ello...

Para los que no lo sepáis, la churumbela ha empezado la semana pasada la guardería. Se suponía que empezaba en periodo de adaptación. Y digo se suponía porque entre pitos y flautas de adaptación hubo poco. El lunes y el martes tuvimos que ir de médicos porque la niña se cayó y cojeaba, así que llegamos ella y yo (siempre con el churumbel a cuestas, que él todavía no tiene edad de independizarse) el miércoles temprano a ver cómo iba el tema.

La churumbela entró por la puerta, vió a su amiguita del alma que es compañera también de guardería... y salió corriendo rauda y veloz detrás de ella sin molestarse en decir adiós. Mientras tanto el churumbel y yo nos sentamos en el suelo mirando alrededor con la desconfianza del que sabe que no está en su lugar (bueno, eso yo, el churumbel enseguida encontró el canto de una puerta para chupar y se quedó tranquilo). Conseguimos llevarnos la churumbela a casa ese día porque se hizo pipí encima y no llevábamos ropa de recambio.

A la mañana siguiente repetimos la operación. Como cada vez me sentía más estúpida (la churumbela había decidido que es poco "cool" eso de tener a tu madre encima cuando vas de marcha con los amigos y me ignoraba de forma muy evidente), en el suelo y rodeada de niños que querían meter el dedo en la nariz al churumbel (es la forma amistosa que tienen los niños de demostrar amor, hurgarte en cualquier orificio disponible a la altura de tu cara), decidimos pasar a la fase B, dejarla sola un ratito. Cuando le digo que me voy a ir y que me puede decir "adiós" desde la ventana, una señorita Rottenmeyer (no, no es que sean brujas, es que al no poder distinguir los apellidos, todas son Rottenmeyer por metonimia) viene y nos informa de que "ese" es el rincón de las construcciones y sólo se puede entrar dentro para construir (¡Oohhhh!) y no sólo eso... hay una ventana específica para las despedidas (Más ¡Ohhhhh!)... Me marché más agobiada yo que ella y muerta de vergüenza porque acababa de darle el pecho al churumbel en el rincón de las construcciones, dado que todas las demás sillas de la guardería eran demasiado pequeñas para ajustar mi trasero a ellas...

Continuará

15 de enero de 2007

Show must go on...

Hoy he tenido tiempo de abrir fugazmente el periódico tras un par de semanas en que ni olerlo y me he encontrado en El País la noticia sobre una mujer que ha fallecido tras participar en un concurso de radio para ganar una videoconsola para sus hijos.

Todavía estoy tratando de decidir qué es lo que más me ha impactado de esta noticia, si el hecho de que alguien pueda someterse a semejantes palizas corporales con la esperanza de obtener un premio que no deja de ser una compensación material (es todavía más alucinante que algunos lo hagan sólo por salir en la televisión, hay un programa americano cuyo objetivo final es ese) o el que una cadena de radio o de televisión pueda llegar a esos extremos con tal de ganar audiencias (si se va a hacer algo así de peligroso, lo menos que se puede pedir a la cadena organizadora es que haya un control médico asociado a la prueba, cosa que en la noticia no se menciona).

En fin, vivir para ver.

14 de enero de 2007

Pintar el cuarto...


Hoy nos hemos dedicado a algo muy típico en el resto del continente para apagar los excesos de la fiesta de ayer, el DIY (del inglés, "do it yourself", qué se puede traducir como "hágalo usted mismo"). Vamos a cambiar nuestro cuarto, que es más grande, por el cuarto de los niños.

Así que nos hemos levantado de buena mañana para mover una cama de matrimonio y un armario de tres cuerpos (más cajoneras superiores) ayudados por un par de santos amigos solteros a los que tenemos que estar eternamente agradecidos, porque gracias a nuestra falta de planificación (eso es lo que nos falta para ser típicamente europeos, planificación) nos hemos pasado toda la mañana jugando al Tetris por toda la casa para acoplar todos los muebles en su sitio provisional hasta que demos por concluida la pintura del cuarto... Los churumbeles están atómicos, todavía no terminan de entender qué tipo de virus nos ha picado.

Y es que, por comparar, en nuestro estado fundamental somos tan dejados, tan dejados, que al mover la cama del sitio hemos encontrado acumulado un auténtico tratado de arqueología (ver foto). Esta actividad febril sólo puede deberse a que hemos vuelto a entrar en estado excitado. Os iré poniendo al día según me vaya quitando la pintura de los ojos...

13 de enero de 2007

Fiestorro en casa



La churumbela mayor acaba de cumplir años y lo hemos celebrado en casa con los amigos con los que nos vemos los fines de semana, que vienen a ser la familia de los que vivimos lejos de nuestros padres y en el extranjero...
Me viene a la mente que ya cumple mi niña tres años, edad no sólo muy de merecer, sino además capaz de empezar a provocar crisis existenciales en el padre más pintado. En una semana hemos pasado de tener una niña pequeña a tener una niña que va a la guardería... ya sé que es una tontería y que la niña es exactamente la misma que hace siete días, pero de repente se me han encendido todas las luces de alerta y he empezado a ser consciente del paso del tiempo y de mi propia mortalidad... aparte del hecho de saber que los problemas de mi maternidad crecerán exponencialmente con ella de hoy en adelante.
De momento, me concentraré en esas cosas pequeñas, en esa fiesta que ha salido bien, en esa carita feliz al abrir sus regalos, en esa tarta-tren que ha impresionado a todos los niños del barrio (gracias, gracias, gracias a quien tuvo la feliz idea de hacerla por primera vez y decidió compartir su sabiduría vía internet), en ese beso de buenas noches y esos "te quiero, mamá" no sólo en aquellos que me dicen, sino en los que me demuestran con los lametones, achuchones y esas muestras de cariño varias que sólo los niños de tres años se atreven a ofrecer...

12 de enero de 2007

Un nuevo intento de comunicación con el espacio

Queridos familiares, amigos y espontáneos:

Ante la insistencia de todo el mundo que desearía tener noticias nuestras más a menudo, me he decidido a abrir este diario por Internet, retomando aquella vieja tradición de las Crónicas del Sashimi… Lo titularé "Crónicas de la Kartoffeln" por ser original, jejeje.

Bueno, para centrarnos, ya somos cuatro. Yo soy Físicoloca, la madre de la familia, estoy casada (por la pasta, por supuesto, si no trae más cuenta quedarse solter@) con un Físicoloco (mi santo) y tenemos dos churumbeles estándar que se dedican a distraer nuestros días (y alguna que otra noche también). Vivimos en un idílico pueblecito alemán a donde otras personas vienen de vacaciones pero antes de que llegaran los churumbeles hemos vivido también en Japón e Irlanda (en la R.O.I.).


Tengo edad suficiente para acordarme de la familia Ingalls (sí, esos que tenían una casa en la Pradera) pero no la suficiente para recordar al Pequeño Saltamontes. Contando con que mis memorias de infancia son bastante precoces, seguro que los de mi quinta ya me han ubicado. Si las cuentas o la tele no son lo tuyo, soy pre-democracia por muy poquito.

Ya veremos en qué queda ésto.

CONTINUARÁ…

Unificando espacios

Por fin ha ocurrido... me he dado cuenta de que no soy omnipresente, ni omnipotente...
Y he decidido unificar los seis o siete blogs que tengo desperdigados por la red en uno solo. Ahora mismo me voy a dejar la dirección de este en todos, toditos, todos...
Y espero que así, juntando mis cuatro o cinco vertientes de interés, sea capaz de escribir algo todos los días... o al menos la mayoría de ellos