11 de febrero de 2007

Nuestro silencio y los peces de colores




El Santo y yo andamos muy callados porque seguimos dedicados en cuerpo y alma a la decoración de interiores. En algún punto de esta semana hemos conseguido rematar hasta la última pincelada a los pececillos de colores...
Por cierto, con la euforia de sentirme como Miguel Ángel recién salido de la Capilla Sixtina, se me olvidó mencionar la última vez que los peces de colores no existirían sin la capacidad creadora de ese señor que firma sus comentarios como Santiago V. (y que aparte de ser mi cuñadísimo es un profesional como la copa de un pino, como se puede ver pulsando aquí... ya sabéis, cualquier aplicación que requiera de diseño gráfico, estos chicos la sacan rapidito y bien). También tenemos que agradecer a mi cuñadísima Ele, la contribución en forma de ayuda entusiasta, pizzas y tiramisú (el tiramisú de Ele es como para dedicarle un mensaje aparte, así que de momento lo dejo aquí y no digo más).
Entre hoy y mañana vamos a volver a meter todos los muebles en su sitio adecuado, y a la espera de que nos entreguen las camas nuevas, el cuarto de los churumbeles estará listo para la inauguración...

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