5 de octubre de 2007

Miedo a volar

No es algo de lo que me sienta orgullosa, pero tampoco es algo que pueda cambiar facilmente: tengo un miedo atroz, cada vez que agarro el avión las paso canutas y no puedo dejar de pensar que me pego un sopapo impresionante desde 11000 metros de altitud, como siempre recuerda el piloto.
Y como el miedo es irracional, le tengo más miedo al despegue que al aterrizaje. El Santo, cada vez que nos apagan la lucecita de abrocharse los cinturones, me repite al oído como si me cantase un bolero: "ves como tenía yo razón". Y yo pienso siempre aunque no se lo diga: "es que el día que tenga razón yo, como que no vamos a enterarnos de ello, chato"

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